viernes, 9 de marzo de 2012

Modernismo y G.98



En el siguiente documento están resumidas las principales características de los dos movimientos.


LA PRIMERA GENERACIÓN DEL SIGLO: MODERNISMO Y 98

  1. EL MODERNISMO.-

1.1.  Concepto.-

En términos artísticos, la palabra “modernismo” se aplicó a una serie de tendencias europeas y americanas surgidas en los últimos años del siglo XIX. Estas tendencias presentaban una serie de rasgos comunes:
a. Anticonformismo.
b. Deseo de renovación.
c. Oposición a las tendencias artísticas vigentes (realismo y naturalismo).
Pese a lo dicho, en el terreno literario los críticos no se han puesto de acuerdo sobre el concepto de este movimiento. A grandes rasgos podemos reducir las diferentes interpretaciones que se han dado a sólo tres:
·         Considerar el Modernismo como un movimiento literario bien definido que se desarrolla entre 1855 y 1915 y que se define por el esteticismo y el escapismo.
·         Algunos piensan que el Modernismo no es un movimiento literario, sino una época y una actitud que incluye múltiples y diferentes manifestaciones, unas marcadas por el esteticismo y escapismo, pero otras no.
·         Una postura intermedia define el Modernismo Literario como un movimiento de ruptura con la estética vigente, que se inicia en torno a 1880 y cuyo desarrollo fundamental alcanza hasta la Primera Guerra Mundial.
1.2.  Los Orígenes del Modernismo.-

El movimiento modernista, como es obvio, no surge de la nada, sino que es consecuencia de una serie de factores o raíces:
1.2.1. Raíces históricas y sociales.-
El Modernismo fue un movimiento, como dijimos antes, marcado por el anticonformismo. Esa actitud venía provocada por el desacuerdo de los escritores con el espíritu materialista y utilitario de la sociedad europea de la segunda mitad del siglo XIX. Esta sociedad había nacido con la Revolución Industrial y había llevado al poder político a la clase burguesa que impondrá una rígida moral y unas pautas de comportamiento férreas.
Los escritores modernistas reaccionarán contra esta sociedad de normas y formalismos, exigiendo una mayor libertad y el derecho a ser diferentes (pelo largo, vida bohemia, amores“amorales”, etc...)
Las actitudes de los escritores ante este panorama social podemos resumirlas en dos:
·         Algunos manifestarán en sus obras su oposición al sistema de una forma explícita, adoptando una actitud de rebeldía política (el poeta cubano José Martí, por ejemplo).
·         Pero la mayoría expresará su disconformidad mediante el aislamiento de esa sociedad con la que no comparten casi nada. Ese aislamiento será de muchos tipos, pero predominarán las posturas que recrean mundos aristocráticos propios ya de otros tiempos (Valle-Inclán en Sonata de Otoño, por ejemplo) o mundos exóticos orientales.
1.2.2. Raíces literarias.-
El Modernismo literario nace en Hispanoamérica en países que han conseguido la independencia en ese siglo o que no la han conseguido aún (caso de Cuba o Puerto Rico). Esta situación histórica explica que entre los autores modernistas nos encontremos en los primeros tiempos con un rechazo de la tradición literaria española y que, por tanto, vuelvan sus ojos a otras literaturas como la francesa.
            1.2.2.1. La influencia francesa.-
De la literatura francesa les interesará, fundamentalmente, dos movimientos artísticos que se desarrollan en la segunda mitad del siglo XIX: el Simbolismo y el Parnasianismo.
·         Parnasianismo.- Los parnasianos buscarán por encima de todas las cosas la perfección formal de la obra literaria. Representa un intento de alejarse de la realidad de su época por medio de la creación de otra realidad artificial en la que sólo importa la belleza. El esteticismo y el deseo de evasión o escapismo serán las notas distintivas del Parnasianismo.
·         Simbolismo.- Los simbolistas también reaccionan contra un arte que se limita a representar la realidad. Ellos se proponen ir más allá de lo que se puede percibir por los sentidos. La misión del artista será la de descubrir esas “otras realidades” que existen tras la realidad aparente y luchar con el lenguaje para intentar sugerirla al lector.
1.2.2.2. La influencia española.-
Aunque en buena parte el Modernismo se olvida de la tradición literaria española, sí encontramos en sus obras referencias a algunos autores o movimientos:
·         Bécquer y los simbolistas españoles.- Bécquer fue el mejor representante en España del movimiento simbolista y como tal lo entenderán los poetas modernistas.
·         El Mester de Clerecía.- De esta escuela literaria medieval le interesará a los modernistas el verso (el alejandrino) que se convertirá en uno de los metros más usados.
 “El Modernismo es un arte sincrético en el que se entrelazan armónicamente tres corrientes: una extranjerizante (Parnasianismo y Simbolismo), otra americana (literaturas y tradiciones autóctonas) y la tercera, hispánica (Bécquer, Clerecía).”

1.3. Temática del Modernismo.-
Los temas de la literatura modernista podemos clasificarlos en dos grandes bloques que responden en buena medida a las influencias básicas de los movimientos parnasiano y simbolista.
1.3.1. La literatura de los sentidos.-
Algunos escritores pondrán sus ojos en la exterioridad sensible, buscando la perfección formal, la belleza. La influencia parnasiana es evidente en estos casos.
1.3.2. La literatura de la intimidad.-
Otros autores y otras obras apuntan hacia la expresión de la intimidad, de los sentimientos del autor. Estos sentimientos pueden ser vitalistas y optimistas:
“Ínclitas razas ubérrimas
sangre de Hispania fecunda”
                                                                              DARÍO, Rubén, “Salutación del optimista”.

o bien, angustiados y melancólicos,
“Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
Y sufrir por la vida y por la sombra y por
Lo que no conocemos y apenas sospechamos,
Y la carne que tienta con sus frescos racimos,
Y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...”
                                               DARÍO, R., “Lo fatal”

En esta línea literaria se puede apreciar la presencia del Simbolismo, y es la que mejor puede explicarnos el Modernismo como manifestación de la Crisis de Fin de Siglo.
Vinculados en mayor o menor medida con uno u otro de los dos bloques de contenidos anteriores, encontramos en la literatura modernista una serie de temas recurrentes:

La crisis espiritual.- Sensaciones de soledad, de melancolía, de tristeza, de desarraigo de una sociedad que no puede ni quiere comprender al artista. Esta crisis provocará la exaltación de todo aquello que vaya contra lo racional y real, y así, entrarán en sus obras lo pasional, lo fantástico, el misterio, los sueños...La expresión de estos sentimientos angustiados la realizarán por medio de símbolos como ‘la tarde’, ‘el otoño’, ‘los parques’, etc...

La evasión.- Este tema deriva del anterior: el escritor se encuentra inmerso en una realidad que le disgusta y tiene que manifestar su disconformidad de alguna manera. Algunos autores intentarán transformar la realidad mediante la crítica y la acción política,
“Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma”
                                                                                  José Martí, Versos sencillos.

pero la mayoría preferirá olvidarse de esa realidad, escaparse de ella,
“La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
Que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
Está mudo el teclado de su clave sonoro;
Y en el vaso olvidada se desmaya una flor.”
                                                           DARÍO, R., “Sonatina”.
En la literatura modernista nos encontraremos tres maneras diferentes de evasión de la realidad:
·         El mundo de los sueños.
·         La evasión temporal hacia mundos pasados supuestamente más bellos y más libres.
·         La evasión espacial hacia mundos exóticos (orientales, sobre todo) en los que encontrar aquello de lo que carece la civilización occidental.

Cosmopolitismo.- Es consecuencia de la necesidad de evasión. Muchos autores intentaron buscar la diferencia en los comportamientos aristocráticos alejados de la mediocridad burguesa dominante. Ese cosmopolitismo desembocó en una devoción por la gran ciudad y por la vida bohemia.

El sentimiento amoroso.- El amor en la literatura modernista oscilará entre dos polos opuestos:
  • La idealización del amor y de la mujer entendido como amor imposible e inalcanzable. El amor irá asociado a sentimientos como la tristeza, soledad, melancolía, ...
  • Concepción vitalista del amor marcada por la búsqueda del sexo y del placer. Esta actitud hay que relacionarla con el deseo de los modernistas de rebelarse contra toda norma y moral.

La búsqueda de las raíces.- Los modernistas hispanoamericanos se ocuparán con sus obras de recuperar el pasado precolombino y sus mitos con el fin de autoafirmarse frente a la tradición española. En un segundo momento, sin embargo, los autores hispanoamericanos volverán a ocuparse de la tradición hispánica como acto de afirmación frente a la presión económica, política, militar y cultural estadounidense.
La búsqueda de las raíces propias del individuo se debe entender también como consecuencia de la crisis espiritual que está en la base del Modernismo: cuando al artista se le rompe su realidad, necesita encontrar unas nuevas bases sobre las que construir una nueva realidad más satisfactoria.

1.4. El estilo modernista.-
Si tuviéramos que intentar definir el estilo modernista podríamos decir que “El Modernismo era el encuentro de nuevo con la belleza, sepultada durante el siglo XIX por un tono general de poesía burguesa.” (Juan Ramón Jiménez).

En las palabras de Juan Ramón Jiménez podemos encontrar la base de la intención estética modernista: diferenciarse de la mediocridad burguesa (también en literatura) dominante y hacerlo mediante el cultivo de la Belleza, ya que la literatura realista (la propia de la sociedad burguesa) había preferido cultivar otros valores (la autenticidad, la crítica, la denuncia, ...). A esta actitud de búsqueda de la Belleza es a lo que llamamos esteticismo.
Algunas de las características que definen el esteticismo modernista pueden ser:
  • Intento de reflejar mediante la palabra múltiples valores sensoriales (auditivos, visuales, olfativos, etc...)
  • Abundan los recursos fónicos que son útiles para conseguir la musicalidad del verso
  • Enriquecimiento léxico por la introducción de cultismos y neologismos.
  • Adjetivación abundante y, en muchos casos, ornamental.
  • Utilización de sinestesias (“furia escarlata”, “rojos destinos”, etc...).
  • Metáforas e imágenes originales y deslumbrantes:
“Nada más triste que un titán que llora,
hombre-montaña encadenado a un lirio.”
                                                                              Rubén Darío.
  • En lo referente a la métrica, los modernistas preferirán los versos largos (dodecasílabos, alejandrinos) y se caracterizarán por la alteración libre de los versos y estrofas tradicionales.

1.5. Fases del Modernismo.-
Se pueden determinar dos fases en el movimiento modernista:
A) El Modernismo Canónico.-
  • Esteticismo.
  • Escapismo.
  • Literatura de los sentidos.
  • Influencia parnasiana.
B) Postmodernismo.-
  • Menor esteticismo.
  • Relativo compromiso (social y existencial)
  • Literatura de la intimidad.
  • Influencia del Simbolismo.
La línea que separaría las dos fases señaladas podríamos colocarla en el año 1905 con motivo de la aparición del libro Cantos de vida y esperanza de Rubén Darío.
Por lo que se refiere a los escritores españoles, la mayoría de ellos (al menos los que han conseguido vencer al tiempo) se situarían en la segunda fase (Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Valle-Inclán,...)

2. EL GRUPO DEL 98.-
2.1. Concepto.-
Tradicionalmente se ha dividido a los escritores de finales y principios de siglo en dos grupos diferenciados: el Modernismo y la Generación del 98. Sin embargo, á pesar de las diferencias entre modernistas y hombres del 98, la separación no es tan clara. En primer lugar, algunos integrantes de la Generación del 98 - como A. Machado y R. Del Valle-Inclán - se podrían incluir, por algunas de sus obras, dentro del Modernismo, y en segundo lugar, porque unos y otros vivieron un ambiente y atmósfera que les unía. Eran "gente nueva" con una nueva estética que rompía con la del siglo XIX; todos abogaban por una profunda renovación lingüística que traería nuevas posibilidades expresivas, y adoptaron también una postura crítica ante las normas sociales y la situación política.
Generación del 98, también llamada generación del desastre en alusión a la pérdida de Cuba por España. Habrá que esperar hasta 1934, con la conferencia de Pedro Salinas sobre "El concepto de generación literaria aplicado a la del 98", para que se fije definitivamente esta manera de identificar a una generación que representó un fenómeno importante por cuestionarse la tarea intelectual frente a España y la política española, y plantearse el dilema de una literatura acorde con esas inquietudes. Muchos de sus representantes estaban ligados a la Institución Libre de Enseñanza, que dirigía Francisco Giner de los Ríos.
2.2. Evolución Ideológica del Grupo del 98.-

            2.2.1. Primera etapa: Juventud del 98.-
Los primeros años de todos estos autores vienen dominados por un espíritu de protesta y rebeldía. Ideológicamente, están cercanos a las posturas más revolucionarias de la época. Procedentes de las clases medias, fueron la primera generación de intelectuales que, de la vanguardia de la burguesía, intentó pasarse al enemigo.
2.2.2. Segunda etapa: El Grupo de los Tres.-
En el año 1901, “Azorín”, Baroja y Maeztu publicarán un Manifiesto con el que pretenden animar a “la generación de un nuevo estado social en España”. La intención de este texto y de sus autores no es ya revolucionaria (no pretenden cambiarlo todo), sino más moderada: pretenden reformar el país y entienden que desde la acción política no es posible.
2.2.3. Tercera etapa: Madurez del 98.-
Hacia el año 1910 los autores del 98 han abandonado sus intentos de cambiar España, centrándose en sus problemáticas individuales vistos con un enorme subjetivismo.
Este período es el que tradicionalmente se ha considerado más característico de la Generación del 98 y viene definido por tres rasgos principales:
·         Su pensamiento enlaza con el de los irracionalismos de la segunda mitad del siglo XIX (Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard)
·         Los temas más corrientes en sus obras girarán en torno a las preocupaciones religiosas y existenciales.
·         Seguirán interesándose por España, sus problemas y su esencia, pero desde posturas muy subjetivas.

2.3. Estética del 98.-
Técnicamente, la literatura de los autores del 98 podemos caracterizarla por los siguientes rasgos:
  • Subjetivismo.
  • Predominio del contenido sobre la expresión.
  • Renovación lingüística: Lenguaje sencillo y directo. Ampliación del vocabulario mediante la inclusión de términos propios del habla popular y dialectal o mediante la recuperación de los significados etimológicos de las palabras.

2.4. Temas del 98.-
La literatura del 98 se preocupó, fundamentalmente, por cuatro temas:
El tema existencial.- La vida humana y su sentido, la soledad, la tristeza y la melancolía, el amor y la ausencia del amor, etc.
El tema religioso.- Muy vinculado con el anterior, ya que Dios puede ser lo que dé sentido a la vida humana. La existencia o la no existencia de Dios, el problema del alma y la inmortalidad, la fe, la razón y el corazón, son preocupaciones que aparecerán en sus textos.
El tema social.- Todos estos autores intentaron en uno u otro momento de sus vidas, transformar la vida española: analizaron las causas de la decadencia del país, así como los problemas concretos que existían en los primeros años del siglo.
La literatura también apareció como tema en sus obras. Intentaron definirla y adaptar los distintos géneros literarios a sus fines.

2.5. La novela del 98.-
En los primeros años del siglo XX la novela que se escribe mayoritariamente en España es continuación del Realismo y Naturalismo del siglo XIX. Frente a este tipo de novela, los escritores jóvenes de la época intentarán hacer algo diferente, radicalmente distinto.
Hubo dos reacciones:
  • La reacción del Modernismo Canónico.- Pretendía hacer una novela donde predominasen los valores técnicos y formales; es decir, una novela en la que el esteticismo era la prioridad. En esa línea va Rubén Darío con sus Relatos, Valle-Inclán con el libro Femeninas (1895) o Pío Baroja con Vidas sombrías (1900).
  • La reacción postmodernista o del 98.- En el año 1902 aparecieron cuatro novelas que marcarán la pauta de las obras posteriores de los autores del 98. Estos relatos rompen definitivamente con la novela de estilo realista. Los rasgos que las caracterizan son:
-          Subjetivismo total.
-          Renovación de las técnicas narrativas: Eliminan el narrador omnisciente. Perspectivismo. Primacía del diálogo sobre la narración. Alteración del tiempo lineal de la narración. Tres procedimientos principales: (Simultaneidad. Elipsis. Saltos temporales). Disminución de la importancia del argumento (y de la acción). Aparición del personaje colectivo.
Estas renovaciones de la novela realista no son exclusivas de la literatura española, sino que coincide con una tendencia de la literatura occidental de esta época: James Joyce, Thomas Mann,
Marcel Proust y Virginia Wolf, entre otros muchos.



Estos vídeos os servirán para fijar los conocimientos



Fin de siglo


Generación del 98