jueves, 12 de enero de 2012

El REALISMO Y NATURALISMO




En este documento tenéis información suficiente para entender bien el contexto socio-cultiral de la 2ª mitad del S.XIX. Os dejo estos documentos audiovisuales para ilustrar la época.








Realismo y Naturalismo

1.      DEFINICIÓN:
A la brevedad del Romanticismo contribuyeron una serie de factores que actuaron poderosamente a partir de 1850 y que sirvieron para sustituir el sistema de valores romántico por otro nuevo concepto del mundo y, por tanto, del arte.
Podemos señalar como rasgos propios del nuevo movimiento los que siguen a continuación:
  • Frente a la idealización y evasión románticas se impone el espíritu de observación y descripción de la realidad, que se va a convertir en la principal proveedora de materiales para el arte.
  • Frente a la intención romántica de explicar el mundo desde su propio YO o de proyectarse hacia mundos creados por su imaginación, el nuevo movimiento preferirá ceñirse a la realidad circundante y reflejarla del modo más objetivo y despersonalizado posible.
  • En el nuevo movimiento van a contar aquellos datos empíricos que pueden demostrarse, incluso, científicamente. El artista quiere dar testimonio directo, inmediato, del mundo en que vive.
En el nuevo rumbo que inician la literatura y el arte occidental a partir de 1850, y que puede resumirse en las tres características anteriores, se han distinguido dos tendencias que, aunque poseen un mismo origen y comparten una misma intención, también se separan en algunos aspectos. Estas dos tendencias son el Realismo y el Naturalismo.
Filosóficamente, el realismo es la afirmación de la realidad, una realidad que existe por sí misma y que, por tanto, no consiste en la simple proyección del pensamiento del hombre (o del artista, como hemos podido comprobar en movimientos literarios anteriores). Pero desde el punto de vista literario, se ha usado el término de realismo como un concepto que puede ser aplicado a obras anteriores al s. XIX, si por realismo entendemos el "dar una importancia a la realidad objetiva". Es evidente que obras como el Poema de Mío Cid, el Lazarillo de Tormes o El Quijote, pueden ser consideradas "realistas", ya que en ellas prima el reflejo de una realidad objetiva concreta, aunque puedan servirse de argumentos de ficción. En ellas, pues, se identifica realismo con verosimilitud. Según este punto de vista, el realismo sería una técnica literaria (y también pictórica, escultórica e, incluso, musical) que se opondría al idealismo o a lo maravilloso.
Pero el realismo, en la historia literaria, no sólo es una técnica (fundamentalmente de "relatar"), sino que también es un movimiento literario que llena toda la segunda mitad del s. XIX y que tuvo su origen en Francia con tres novelistas como Stendhal, Flaubert o Balzac. Un movimiento que, frente a las ensoñaciones románticas, pretende poner los pies en la realidad objetiva, como fruto de una nueva sociedad (la burguesa), de una nueva filosofía (el positivismo) y de la preeminencia de lo científico (Revolución Industrial).
A la segunda tendencia artística de la segunda mitad del siglo se le ha llamado Naturalismo. En filosofía, con este término se designan todos aquellos métodos que tienen como característica común "el considerar la Naturaleza como el único y absoluto principio de lo real".
Sin embargo, en literatura, es costumbre entender el término como una representación extremada, desagradable incluso, de la realidad.
Entendido en este sentido, como sucedió con el término de realismo, el naturalismo es un concepto que puede ser aplicado a todas las épocas de la historia literaria (por ejemplo, a la picaresca barroca) en las que aparezcan obras que presenten los aspectos más desagradables y descarnados de esa realidad.
Aparte de esta consideración del término de naturalismo como técnica aplicable a múltiples obras de la historia, también se denomina Naturalismo a un período concreto de la historia literaria (el último tercio del s. XIX, aproximadamente) que se basa en la exageración de los procedimientos del Realismo y en su dependencia del positivismo y del cientifismo que comienza a difundirse por Europa a partir de 1850. Los naturalistas querrán aplicar a la literatura (a la novela, sobre todo) los nuevos métodos científicos (análisis empírico) de la Biología, la Física, la Medicina, etc.


2. CIENCIA Y FILOSOFÍA EN LA SEGUNDA MITAD DEL S. XIX.

El nacimiento del nuevo movimiento literario no se produce por generación espontánea, sino que se explica por las peculiaridades de la vida en la segunda mitad del siglo.

  2.1. La nueva filosofía.-

  La base teórica del nuevo movimiento literario va a ser una escuela filosófica llamada       Positivismo, inaugurada por el francés Augusto Comte y que llega a su momento de máximo       esplendor en la década de los 50.
  El Positivismo reduce el objetivo del conocimiento humano a los llamados "hechos positivos",      o sea, aquellos hechos que pueden ser captados por los sentidos y someterse a comprobación        por medio de la experiencia.
  La teoría positiva tuvo una gran importancia en los literatos de la época. Sus tesis   fundamentales contribuyeron al nacimiento de una novela fundamentalmente agnóstica       (aunque, en el otro polo, también a un Realismo espiritualista, con la figura de Tolstoi como     principal representante), preocupada fundamentalmente por la realidad externa (comprobable por los sentidos) y por las cuestiones sociales (en el Naturalismo, principalmente).

  2.2. El cientifismo.-

  Como consecuencia de la filosofía positiva, y apoyándose en los "sorprendentes" avances
  científicos, toda la segunda mitad del siglo va a estar dominada por la exaltación de la ciencia,      que se va a convertir en un verdadero "dios", lo mismo que había sucedido con la razón en el    S. XVIII o con el sentimiento en el Romanticismo. El hombre de la época va a confiar en los          poderes casi ilimitados de la ciencia como respuesta a los grandes interrogantes de la vida.           Todo debe apoyarse en datos demostrables, como exige el hombre del "estado positivo"; y esto     es perfectamente aplicable a las obras literarias. En las novelas, el cientifismo puede demostrarse, simplemente, con la alusión al nacimiento de dos géneros novelísticos nuevos: la novela policíaca y el relato de anticipación.

2.2.1. La novela policíaca.-

El recurso al misterio y al terror comienza a utilizarse durante el Romanticismo, pero va a ser a mediados del siglo cuando comenzarán a divulgarse en Francia los relatos del americano Edgar Allan Poe (1809-1849) que traerán como consecuencia el que muchos autores comiencen a escribir relatos en los que se presenta una acción criminal llena de misterio como problema que, racionalmente, ha de merecer una explicación por parte del detective protagonista. Es a partir de 1870 cuando se van a multiplicar los relatos policíacos, dentro de los que destaca la obra de Arthur Conan Doyle (1859-1930), que se asegurará su éxito editorial con el detective Sherlock Holmes, gran defensor del método deductivo.
La novela policíaca no sólo servirá para presentar el razonamiento humano de acuerdo con los métodos científicos en boga, sino que también servirá para que el autor presente una realidad desagradable, descarnada, de acuerdo con los principios del Naturalismo literario.
2.2.2. La novela de anticipación.-

Pero los grandes adelantos científicos del siglo van a encontrar su cauce literario más importante en los relatos de anticipación o en lo que más tarde se llamará ciencia-ficción.
El verdadero creador del género es el francés Julio Verne (1828-1905) que, desde 1863, comienza a publicar una larga colección de novelas en las que hace girar el argumento en torno a un descubrimiento posible (el submarino, la nave espacial, los rápidos viajes, etc.), dada la situación de la ciencia en la época.
2.2.3. Cientifismo y Naturalismo.-

El novelista francés Emile Zola, padre del movimiento naturalista, rompe en el último tercio del s. XIX con las limitaciones de la moral y de la estética, dando entrada en sus novelas a lo feo, lo inmoral y lo repugnante. Por otra parte, su obra literaria va a apoyarse también en la teoría filosófica del determinismo, que acentuará la indefensión del hombre, al negarle la posibilidad de elegir su propio camino. En último lugar, Zola va a dar entrada en sus novelas, como personajes trágicos, a figuras extraídas de las capas más bajas de la sociedad que.
En la concepción naturalista de Zola, el novelista debe comportarse como si fuera un médico, y aplicar el método experimental de Claude Bertrand como si los personajes de sus novelas fuesen sus pacientes, de manera que el resultado, el desenlace de la novela y de los personajes, debe ser el resultado de la observación del comportamiento de los mismos y de la experimentación con las causas que provocan sus diferentes actuaciones, ya que, según la teoría determinista, el hombre no puede actuar en libertad, sino que sus actos dependerán de las condiciones sociales que le rodean.

3.      LOS CONDICIONAMIENTOS SOCIALES.

Hemos estudiado cómo el Romanticismo había nacido en el seno de la burguesía que, asumiendo la ideología liberal romántica, conquista el poder político en la mayoría de la Europa occidental. A lo largo del s. XIX, la nueva clase burguesa sigue prosperando gracias a la aplicación de los avances científicos en la industria; es lo que se llama Revolución Industrial. El triunfo del maquinismo va a enriquecer rápidamente a la burguesía, enriquecimiento que provocará el abandono de sus ideales liberales, una vez conseguido el poder político. De este modo nace el capitalismo, sistema en el que la producción industrial condicionará la vida económica, social y política.
La Revolución Industrial y el Capitalismo van a transformar totalmente la sociedad occidental, que dejará de darle importancia a la aristocracia heredada y elevará a la cima de la pirámide social a la "aristocracia del dinero". En la base de la pirámide surgirá una nueva clase, el proletariado industrial, sometido a las necesidades de producción, desprotegido ante el poder de la burguesía y que vive en una situación próxima a la miseria.
Buena parte de la literatura realista y, sobre todo, naturalista va a intentar reflejar esta situación de desequilibrio social, presentando los aspectos más negativos de la sociedad industrial.

4. LA NOVELA REALISTA Y NATURALISTA.

4.1. El nuevo movimiento en Europa.-
La nueva estética literaria se manifestó en todos los géneros, pero fue en la novela en el que alcanzó unas cotas más altas. El tránsito entre el Romanticismo y el nuevo movimiento no se produce de una forma brusca, sino gradual, a través de unos autores y obras que están a caballo entre Romanticismo y Realismo.
Podemos decir que el movimiento realista surge en Francia con la aparición del novelista Stendhal, que escribió sus novelas basándose en el análisis psicológico de los personajes y en la práctica de la observación. Según Stendhal, la novela debe ser "como un espejo colocado a lo largo del camino". Stendhal es un novelista que todavía está a caballo entre Romanticismo y Realismo: muchos de sus personajes y ambientes son románticos, pero su técnica es ya puramente realista: la descripción fiel de la realidad circundante.
Los verdaderos iniciadores del género fueron los novelistas Balzac y Flaubert. Balzac reunió todas sus novelas bajo el nombre genérico de La Comedia Humana, obra con la que pretende hacer el retrato de la sociedad francesa de su época. Gustave Flaubert, con su obra Madame Bovary, consigue establecer el modelo de estudio de la psicología femenina.
En el último tercio del s. XIX, otro francés, Emile Zola (1840-1902), da un paso adelante en la evolución del movimiento realista, incluyendo la novela europea en lo que se habría de llamar Naturalismo. Zola se preocupará de establecer claramente las bases teóricas sobre las que apoyará su creación literaria mediante la publicación de un gran número de artículos y ensayos. Los puntos principales de la teoría naturalista son: observación y experimentación, determinismo
La nueva estética se extiende con gran rapidez por toda Europa, destacando, como figuras importantes, el inglés Charles Dickens, que en sus novelas nos va a dejar un retrato exhaustivo de la Inglaterra victoriana y de la Revolución Industrial, y también los escritores rusos (Tolstoi, Dostoievski), que adaptarán la técnica realista a sus peculiares circunstancias, provocando unas novelas cargadas de contenidos poéticos e intemporales que las hacen universales.
4.2. Evolución de la novela realista y naturalista en España.-

En el Romanticismo español ya podemos encontrar un género que anticipa algunas de las características del Realismo. Me estoy refiriendo al costumbrismo. El tránsito entre el costumbrismo y la novela realista de la segunda mitad del siglo se va a hacer de una forma gradual, a través de la obra de dos autores muy interesantes, Fernán Caballero y Pedro Antonio de Alarcón.
Fernán Caballero (Cecilia Bölh de Faber), decía que "la novela no se inventa, sino que se describe", frase con la que se introduce dentro de la teoría realista, aunque sus obras son todavía románticas por los temas (costumbres populares, el mundo rural, etc.).
Pese a los géneros y autores que ya hemos comentado como antecedentes de la novela realista española, la nueva estética (que en Europa se inicia en torno a 1850) no se adopta plenamente en España hasta 1868, aproximadamente, coincidiendo con la revolución, "La Gloriosa", que derroca a Isabel II del trono e inicia un período de inestabilidad política y social que culminará en el advenimiento de la Primera República y, posteriormente, con la vuelta de la monarquía. Simultáneamente con estos fenómenos políticos, un grupo de escritores jóvenes comienzan a publicar sus primeras novelas e inician el Realismo español. Estos autores no se van a quedar anclados en las mismas técnicas, sino que con el tiempo irán evolucionando hacia el Naturalismo, en algunos casos, y, después, hacia soluciones narrativas más personales, ya entrado el s. XX.
Este grupo de autores (Pereda, Galdós, "Clarín", Valera, Pardo Bazán, Palacio Valdés, Blasco Ibáñez, etc.) ha recibido el nombre genérico de Generación del 68 por estar vinculado su comienzo en la literatura con el advenimiento de la Revolución. Pero, aunque la crítica tradicionalmente los considerara en conjunto, entre ellos pueden encontrarse grandes diferencias, tanto ideológicas (unos son liberales y, por tanto, partidarios de la Revolución, mientras que otros se definen como conservadores), como literarias (cada uno entenderá el Realismo y el Naturalismo de forma muy personal). Teniendo en cuenta las peculiaridades individuales, vamos a intentar hacer un repaso rápido por lo que fue el Realismo- Naturalismo en España.

4.2.1. La novela realista española.-

·         Siguiendo el principio de que la novela tendrá más valor cuanto más fiel sea a la realidad circundante, los novelistas del 68 considerarán esa realidad directa y vivida como objeto estético de primer orden.
·         Para conseguir lo anterior, es evidente que los autores quieran reflejar en sus novelas la realidad más cercana en el tiempo y en el espacio, es decir, aquella realidad que mejor conocen. Este ideal va a motivar la aparición de dos subgéneros novelísticos importantes dentro del Realismo español; por un lado, la novela regional (Peñas arriba de Pereda, por ejemplo); y por otro, la novela urbana (Misericordia, de Galdós). Lo mismo explicará el que las novelas realistas españolas se desarrollen siempre en tiempo contemporáneo (evidentemente, el mejor conocido por los autores), y que cuando se desplacen los hechos a otras épocas de la historia sea porque juzguen necesario conocer el pasado para explicar el presente, no por simple deseo de evasión en el tiempo, como sucedía en el Romanticismo con la novela histórica.
·         El escritor realista intenta acercarse a la realidad desde una posición de absoluta imparcialidad, desprovisto de cualquier juicio de valor sobre los hechos que relata. Evidentemente, este ideal de objetividad no siempre puede cumplirse, ya que, a menudo, los autores escogerán los argumentos, personajes o situaciones de la realidad que más se adapten a su forma de pensar.
Los autores realistas son conscientes del valor social e, incluso, político que sus obras tienen; y en repetidas ocasiones convertirán sus novelas en vehículo que apoye una determinada "tesis" política o filosófica. Esta toma de postura produjo la aparición de otro subgénero novelístico propio del Realismo, la novela de tesis, que sirvió para apoyar las posiciones ideológicas progresistas (Doña Perfecta, de Galdós) o conservadoras (Sotileza, de Pereda) de sus autores.
·         La ideología de la época realista va a valorar lo colectivo, el grupo social, los ambientes en los que el individuo se inscribe y desenvuelve. Esto se va a reflejar en la técnica novelística mediante la situación del personaje en estrecha relación con su ambiente. Poco a poco va a ir perdiendo importancia el individuo (Romanticismo) y ganándola el grupo social. El personaje va a ser siempre producto de un ambiente, de un contexto humano y social que no puede descuidarse.
4.2.2. La novela naturalista española.-

Para hacer un repaso por la novela naturalista española no podemos olvidar el movimiento iniciado por Zola.
En el análisis de la "recepción del Naturalismo" de Zola hay que comentar la doble postura que adoptaron los novelistas españoles. Por un lado, figuras como Alarcón, Pereda y Valera se mostraron desde un primer momentos adversos al movimiento naturalista por cuestiones ideológicas.
Pero puede resultar más interesante la recepción del Naturalismo que hicieron autores señalados entonces con la etiqueta del Naturalismo, como Emilia Pardo Bazán, Leopoldo Alas "Clarín" o Benito Pérez Galdós.
Para Galdós, lo esencial del Naturalismo estaba ya presente en la literatura española desde tiempos remotos:
"El llamado naturalismo nos era familiar a los españoles en el reino de la novela, pues los maestros de este arte lo practicaron con toda la libertad del mundo, y de ellos tomaron enseñanza los noveladores ingleses y franceses. Nuestros contemporáneos ciertamente no lo habían olvidado cuando vieron traspasar la frontera el estandarte naturalista, que no significaba más que la repatriación de una vieja idea."
Esta es también la posición que adopta Leopoldo Alas, uno de los autores que, en su momento, mejor supo comprender la teoría de Zola.
Pero los tres autores de los que hemos hablado, que conocen perfectamente la teoría naturalista y sus obras, intentan buscar el equilibrio y llegan a la conclusión de que la misión del novelista consiste, como dice Leopoldo Alas, en
"reflejar la vida toda, sin abstracciones; no levantando un plano de la realidad, sino pintando su imagen como la pinta la superficie de un lago tranquilo."

5.      LOS TEMAS EN LA NOVELA REALISTA Y NATURALISTA.

La narrativa de la segunda mitad del siglo XIX presenta algunos núcleos temáticos reiterados, entre los que destacan los que siguen.
5.1. El amor y sus problemas.-
La temática amorosa suele adoptar en el Realismo y Naturalismo unas manifestaciones más concretas.
El amor imposible, móvil novelesco tradicional, llega a situaciones extremas que provocan tensiones argumentales inéditas. Es el caso del amor entre hermanos, descubierto cuando ya es difícil oponerse a los hechos consumados, como sucede en La madre naturaleza, de Emilia Pardo Bazán. Otra situación extrema bastante común es la del vínculo amoroso en el que entra a formar parte un clérigo. Aunque el problema puede resolverse sin excesivos traumas (como sucede en Pepita Jiménez, de Valera), lo más frecuente es que el desenlace sea mucho más desdichado (La Regenta, de Leopoldo Alas).
La pareja problemática será otra situación que provoque abundante materia argumental.
Los problemas de la pareja pueden deberse a la diferencia de edad (La Regenta) o a insalvables disparidades sociales (Tormento, de Galdós). A veces el conflicto adquiere tintes más sutiles, como la confrontación ideológica que impide el matrimonio de Pepe Rey y Rosario en Doña Perfecta de Galdós, o el abismo psicológico y vital que separa a Fortunata de su marido, Maximiliano Rubín, en Fortunata y Jacinta, también de Galdós.
5.2. Matrimonio y adulterio.-
Si las dificultades amorosas surgen dentro del matrimonio nos vamos a encontrar con un argumento privilegiado en la novela de la segunda mitad del s. XIX: el adulterio. El desenlace fatal de la situación adúltera es el más frecuente (La Regenta, por ejemplo), pero en alguna novela puede llegar a un estado cercano a la caricatura, como sucede en Lo prohibido, de Galdós, donde José María Bueno se enamora sucesivamente de sus tres primas, movido exclusivamente por el estímulo de que estén casadas.
Desde luego, este núcleo temático viene respaldado por la condena social que en el momento tiene la relación extramarital de uno de los cónyuges, sobre todo si se trata de la mujer.
No debemos olvidar que ésta, cuando abandona el hogar, puede ser conducida de nuevo a él por la fuerza pública. Si la mujer es la sorprendida en adulterio, el castigo que algunos códigos penales (por ejemplo el francés) llegan a prever es la pena de muerte. Por el contrario, el hombre no corre estos riesgos.
Ante esta situación "real" no debe sorprendernos que el protagonista literario de estos hechos sea, en las cuatro esquinas de Europa, siempre la mujer (Madame Bovary, del francés
Flaubert; Ana Karenina, del ruso Tolstoi; Effi Briest, del alemán Theodor Fontane; La Regenta, del español Leopoldo Alas).
El hombre involucrado en los argumentos de adulterio presenta una situación muy diferente a la de la mujer: si es soltero, se caracterizará con los tintes del tradicional don Juan, aunque privado ya de la aureola gloriosa que tuvo en la literatura anterior; si se trata del marido infiel, su comportamiento aparece como el de un libertino moralmente condenable, pero digno de disculpa en cuanto es esclavo de sus tendencias naturales.
5.3. Dualismo religioso e ideológico.-
Uno de los grandes motivos de la novela realista y naturalista es el enfrentamiento entre distintas concepciones del mundo, que da un enfoque dualista a la vida.
Uno de los dualismos que más éxito tuvo fue el religioso que, a partir de la Revolución de
1868, se muestra en la novela a través de la confrontación entre clericalismo y anticlericalismo.
La defensa o el ataque a la religión no se va a centrar en el propio sentimiento religioso, sino en la sociedad que lo experimenta y, sobre todo, en el clero que lo representa oficialmente. Las posturas religiosas son, casi en términos absolutos, manifestación de la ideología de los autores: progresistas y anticlericales contra conservadores y clericales.
Por otra parte, la visión política del mensaje literario se desbordará también a partir de
1868, y los autores dejarán entrever en sus novelas su peculiar ideología política. Como expresión de este núcleo temático, van a aparecer argumentos referidos al mundo administrativo (La de Bringas, de Galdós), al caciquismo de provincias (La Regenta) o al problema de los cesantes, consecuencia de la mecánica política de turnos de partido en el poder (cada cambio de gobierno implicaba el cese de los funcionarios administrativos ligados al partido anterior), que es el asunto central de una novela como Miau, de Galdós.
El dualismo ideológico va a reflejarse en los escenarios escogidos para que se desarrollen los argumentos. Nos vamos a encontrar, de nuevo (recordad el Renacimiento y el Barroco, por ejemplo), con el enfrentamiento entre el campo y la ciudad.
Los novelistas de ideología conservadora (Pereda, Alarcón, Palacio Valdés, etc.) tenderán a una idealización de la vida rural, que será el escenario de las "buenas acciones", el paisaje
"positivo", mientras que la ciudad, el mundo urbano, será el escenario "negativo". Por el contrario, los representantes de la ideología liberal (Galdós, Clarín, Blasco Ibáñez, etc.) suelen preferir la ambientación urbana o muestran el lado negativo de la sociedad campestre (como ocurre también en Valera).

CUESTIONES

1. Establece las diferencias entre Realismo y Naturalismo.
2. ¿En qué consiste el Positivismo? ¿Cuál es su relación con la literatura?
3. ¿En qué consiste el Cientifismo de la 2ª mitad del s. XIX? ¿Cuál es su relación con la literatura?
4. Determinismo y novela naturalista.
5. ¿Tiene el Naturalismo una intención moralizante? ¿Por qué?
6. ¿Qué es la Generación del 68?

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